2. Lo que sucede en tu historia

Todas las historias en general, siguen el famoso esquema que tantas veces hemos estudiado y visto por ahí. Se trata del esquema de los tres actos:

A pesar de que os parezca muy simple, esto no quiere decir que siguiéndolo tu novela lo vaya a ser, sino que podrá ser todo lo básica o compleja que desees. Créeme cuando te digo que es muy efectivo, y a la vez muy práctico.

Y ahora, vamos a ver esa esta estructura básica más en detalle:

El planteamiento

Dentro de la estructura clásica sería la parte inicial de nuestra novela y ocuparía un 25% de la misma. Dentro del planteamiento encontramos tres elementos bien diferenciados:

La apertura: en ella se presenta al personaje o a los personajes principales, su entorno y el conflicto que se va a dar. Más adelante os indicaré algunas pinceladas de cómo presentar a un personaje y en qué consiste eso del «conflicto».

El desencadenante: es un hecho o acción que ocurre muy pronto y lleva al protagonista directamente hasta el conflicto.

El conflicto: también llamado «punto de giro o de inflexión». Pone punto y final al planteamiento o primer acto de nuestra novela, y a partir de este conflicto (que deberá ser el principal y no confundirse con otros «conflictos secundarios, si los hubiera) el personaje protagonista entra en un punto de no retorno, ya nada volverá a ser como antes.

El nudo

Es el segundo acto o parte central de nuestra novela con estructura clásica y ocuparía un 50% de las páginas. Contiene los siguientes elementos diferenciados:

La inversión: Se da en la mitad del segundo acto e implica un clímax, una mayor intensidad en la tensión, en la emoción suscitada en el lector. El personaje principal ha tenido que sortear muchos impedimentos, a cada cual mayor, para resolver el conflicto, y aquí se encuentra con el obstáculo más insalvable, de mayor riesgo. Todo tiene que cambiar.

Segundo giro de inflexión: lo encontramos al final del nudo o segundo acto. Algo inesperado ocurre y el protagonista se encuentra en una situación muy intensa, con las más grandes dificultades y mayores retos.

El desenlace

También conocido cómo tercer acto. Ocupa el último 25% de nuestra novela y consta de estos elementos:

Segundo clímax: Es más grande que el anterior y se produce cuando el protagonista de nuestra obra está a punto de darse por vencido, cuando parece que ya no va a ser capaz de encontrar una solución para el conflicto. Pero solventa las dificultades, originando este clímax o momento de máxima tensión o empatía.

La develación: Es el final de la novela y no se llega a ella sin que el personaje principal resuelva primero el conflicto.

Tranquilo, para que puedas verlo más visual, te dejo un esquema de cómo quedaría:

Sobre los puntos de giro o de inflexión:

En la estructura que acabamos de ver se dan dos puntos de giro o inflexión, uno en el primer acto y otro en el segundo. Pero conviene marcar sus diferencias:

En el primer punto de giro se rompe el equilibrio que había al comienzo de la novela. La situación cambia y el protagonista se ve obligado a actuar, a abandonar la situación cómoda que hasta entonces vivía.

En el segundo punto de giro se rompe el aparente equilibrio que se había conseguido de nuevo en el segundo acto y el protagonista se ve, otra vez, obligado a actuar. Sin embargo, en esta ocasión la acción se acelera más que en el caso anterior.

Sobre la presentación del personaje o personajes principales:

Ya hemos dicho que se realiza al comienzo del primer acto, pero no debe ser exhaustiva, sólo debe darse a pinceladas y ofreciendo los datos necesarios para el momento narrativo. Un fallo muy habitual en los escritores sin experiencia consiste en detallar presentaciones kilométricas de personajes o lugares, ofreciendo toda la información de golpe, incluso la no necesaria, y obviando que es mucho mejor proporcionarla en pequeñas dosis a medida que vaya avanzando la historia.

En posteriores artículos te detallaré cómo describir entornos y a nuestros personajes, por lo que ya profundizaremos mucho más en este punto.

Sobre el conflicto principal:

Hemos dicho que tiene que existir un conflicto en el primer acto, pero puede ser de muchos tipos, aunque principalmente de tres:

Conflicto interno: el personaje principal lucha contra sí mismo.

Conflicto social: el personaje principal lucha contra otro personaje (puede ser el villano o el antagonista, ya los estudiaremos) o se enfrenta a parte de la sociedad (el gobierno, un grupo de rebeldes, la policía…).

Conflicto superior: el personaje lucha contra fuerzas superiores (la muerte, la naturaleza, el destino, una epidemia…).

Este es el esquema que yo uso y que es una mezcla entre el clásico de los tres actos y «la pirámide» de Gustav Freytag. Aunque yo use este, existen otros muchos esquemas y formas de estructurar una novela  y que son súper famosos como: el viaje del héroe, el copo de nieve, el método de Scott Bell, el de las treina escenas de C.S. Lakin, entre muchos.


A continuación te dejo la tarea de esta semana, y es rellenar la siguiente plantilla con las escenas de tu historia. Te recomiendo que imprimas la imagen y trabajes sobre ella. De este modo, te será más fácil visualizarla 😉

En la próxima entrada continuaremos con la línea argumental y os subiré más plantillas súper-mega-ultra útiles. Os deseo buena semana! Sed buenos 🙂

5/5